martes, 7 de agosto de 2012

JET LAG


Bueno, bueno, bueno…

El que escribe lo hace ya desde Venice Beach, en el corazón de Los Angeles. Son las 8,45 hr de la mañana y ya llevamos un buen rato en pie y hemos tenido tiempo de visitar la playa y darnos un primer bañito en el Pacífico. Pero hoy toca hablar de ayer.

Tras nuestra última conexión en Madrid salimos rumbo al aeropuerto de Barajas donde nos dividimos en tres grupos que tomaron tres rumbos diferentes si bien con un mismo destino. El grupo más numeroso viajó con US Airways vía Filadelfia. En el primer aperitivo de 8 horitas algunos pudimos recuperar algo de sueño y vernos unas cuantas pelis. Al llegar a Filadelfia ya llevábamos 12 horas de viaje en el cuerpo y el cansancio era notorio. Nos comimos, como habíamos prometido, una belísima Baconator y nos pillamos un vuelo algo más chusta a Los Angeles. 6 horas.

Por su parte, Zunzu fue el más afortunado del grupo, viajando desde Londres con Air New Zeland. Una aerolínea “top rated” y tuvo una experiencia mucho más agradable. El Puma viajó con Iberia a través de Chicago y pese a estar a punto de perder su vuelo, consiguió no quedarse atrás.
 Aterrizamos en esta mastodóntica ciudad a las 6 de la mañana hora de Madrid. Llevábamos 24 horas danzando, nuestro depósito entraba en reserva. Nos conseguimos localizar con bastante rapidez y fuimos a recoger nuestra Dodge Van de 7 plazas. BELÍSIMA!!!!



Con el Zunzu al volante y el Chelas de guía, surcamos las caóticas arterias principales de Los Angeles en dirección a Santa Monica, donde Gonzalo y sus primas nos esperaban en un bar español llamado “El pincho”. Al llegar (con relativa facilidad) y tras los abrazos y saludos pertinentes, la chica del bar anunció el cierre y nos fuimos a una taberna inglesa para hidratarnos un poco. Nos enchufamos 5 pintas y nos acabamos agarrando un ciego muy importante. A las 3 de la mañana fuimos en busca de un Karaoke de la zona, a enseñarles a estos gringos un poco de folclore, pero estaba todo cerrado en Venice Beach. Los lunes no hay mucho ambiente por aquí, al parecer, así que nos dirigimos a casa de Gonzalo, un apartamento en típica urbanización de patio interior como Melrose Place, y abrimos las botellas de Johnnie Walker que habíamos adquirido en barajas. Nos echamos un par de copas y nos fuimos a sobar a las 3. Tras más de 30 horas de periplo.

Respecto a la zona, la verdad es que como dice todo el mundo, esto es como si ya lo hubieras vivido. Las calles están tan frescas en la memoria de todos que no termina de resultar desconocido. Está muy guapo, la verdad. Esta mañana en la puerta de entrada del edificio había una nota del Ayuntamiento que decía: Zona de rodaje. Aquí tu casa puede ser el escenario de la siguiente película.



Esto es California, esto es Hollywood.


No hay comentarios:

Publicar un comentario